MANUEL MONTILLA 2015-06-22 08:46:15
"…el cielo es el resplandor que hay dentro de la cabeza de los hombres, si no es la cabeza de los hombres el propio y único cielo."
José Saramago. En: Memorial del convento
Los días, y no las paredes de piedra y lamentos, son los que en medida puntual conforman la arquitectura que contiene la angustia existencial que evoca el Minotauro para encontrar sustento a sus cavilaciones y quebrantos; melancolía de la bestia que nos mora y nos ronda, que nos define y, de alguna sombría manera, nos propone cual acuciantes moradores del sueño en que soñamos que somos soñados.
Pareciese, y esta apreciación es tan vana como cualquier otra, que, deambulando obcecados, encontramos una senda a nosotros que presupone algún paliativo para descubrirnos partícipes de lo creado y del universo circundante. Y es que tenemos que creerlo para redimir el silencio que nos proponemos conturbar, para, desmitificados, entrar en la tenencia de lo que damos en llamar vivencial y que no es sino un futuro macerado de nada para conformar un presente ambiguo y desvaído, desde un pasado irreflexivo.
¿Vivimos los hombres en un laberinto, de tiempo y olvido, o somos nosotros mismos el laberinto y el hilo que lo devela? Sea como fuere es nuestro humano deber, si alguno hubiere o pudiese haber, el desentrañar, no tal misterio que de suerte el en sí es y de nuestro auxilio no hace menester, sino el de que nuestros propios días, iguales de por sí, constituidos por nuestros sueños, nuestros insomnios y nuestras delaciones, parecen configurar abigarrados cicloramas que presuponen menos y simulan más.
Es en este estupor que concatenamos los presentes LABERINTOS DE PAPEL, en donde cada uno de los instigadores, alevosos y concupiscentes, puebla su memorar de endrinas pubescencias, de fuegos acuosos, de mansedumbres feroces. Y, confesando nuestra parte de argivos, desplegamos naos en procura de mares sin aguas y riberas con inflorescencias.
No es pues esta una aventura, más bien confusa intromisión, que lleve a seguro puerto sino, casi de esperar, propuesta de mundos en eclosión, estupefactos devaneos, ígneos pedruscos de aturdido granizo, y supeditado peregrinaje de imágenes prolongadas sobre ese empíreo que somos, construimos y desvelamos obnubilados.
LABERINTOS DE PAPEL es por tanto nuestra esperanza de decir lo que no sabemos, pero intuimos a partir de la negación de alguna sorpresa que, oculta a nuestra conciencia, fluye tenaz por los meandros de la sinrazón para atracar en vuestras ensoñaciones.
Que sople un viento desesperado y apague las estrellas… nos dirá Vicente Huidobro. Y asentiremos para temblar, plenos de emoción, con las cosmogonías constituidas por estos LABERINTOS DE PAPEL.
"Todo lo que vemos o imaginamos no es más que un sueño dentro de un sueño."
Edgar Allan Poe
Manuel E. Montilla,
curador e investigador visual.
Cualquier día de mayo del 2015,
en algún lugar de Mesoamérica.
La muestra internacional LABERINTOS DE PAPEL, promovida por la Fundación para las Artes Montilla e Hijos, se presenta en la GALERÍA NACIONAL, del Centro Costarricense de Ciencia y Cultura (San José, Costa Rica) del 3 al 30 de junio de 2015. En la misma apreciaremos el trabajo de ocho artistas heterogéneos: Gilberto Aquino Pérez, de El Salvador/Costa Rica; Luis Aguilar Ponce, de Panamá; Juan Guerrero, de Morelia, México; Carlos Cuenllas, de León, España; Rafael Galdámez, de Chiapas, México; Mariano Prado, de San José, Costa Rica; Olga Dorado, de Heredia, Costa Rica y Manuel E. Montilla, de Chiriquí, Panamá.