El soporte más utilizado con el óleo es la tela o lienzo, aunque también se ha indicado que esta técnica es asimismo válida para pintar sobre pared.
Para proceder a pintar sobre lienzo, hay que disponerlo sobre un bastidor de madera sobre el que se pueda tensar a conveniencia del pintor, para ello este bastidor va dotado de "llaves", es decir, de láminas triangulares que penetran en unas muescas talladas interiormente en los ángulos del bastidor; según se hundan más o menos estas piececillas en sus ranuras el lienzo quedara más o menos tensado.
En la técnica de pintura al óleo se emplean como aglutinantes para la disolución de los colores los aceites grasos, además de esencias (que también ayudan a disolverlos) y de resinas (que facilitan el secado).
La aplicación del color por capas constituye el procedimiento más antiguo, y se basa en la división del trabajo; en la capa inferior se obtiene especialmente el dibujo, el modelado con sus luces y una ligera indicación del color. En la capa superior el artista se entrega directamente a la representación del efecto cromático.
Una vez terminada la pintura, y convenientemente secada, como mal necesario se procede a dar una capa de barniz protector.
Es una técnica que tarda mucho en secarse.
Los bastidores de la pintura en óleo se suele apoyar en caballetes que son unos soportes de madera que son trípodes y tienen diferentes alturas las cuales puedes modificar e inclinar hacia atrás para mayor comodidad para pintar.