Goyo - 2007-05-18 00:00:00
¿Hay una razón para no estratificar nuestros propios insomnios? Juegan con laberintos de luz y delatan la morfología de una realidad que que trata de abrirse paso en una espesura, en una jungla cerrada a otros poderes que no sean los ajustados a una lucidez donde el color, la dinámica y la expresión alcancen su meta.
El desarrollo conforma espacios, tiempos y recrea ámbitos que se compenetran, se interrelacionan, establecen cauces y rutas de comunicación entre lo habitado en las zonas sur y central y lo deshabitado en el área norte.
Hay círculos que se transforman en los signos de unas formaciones desplegadas para hacer que nuestra mirada se adentre en la plasticidad de las mismas pero también en lo simbólico de unos organismos que alientan vida más próximos a nuestra constitución de lo que pensamos. Es la tela de araña que trata de atraparnos en una abstracción que se mueve y nos incita a caer en sus redes.
Obra que se ensambla en virtud del misterio del color y la materia, cuya armonía predice lo que nuestra mirada adivina siguiendo sus meandros, que son los ritos de la especie.
Inteligente y reveladora.