cygex - 2011-01-03 14:14:05
Sólo él y su espíritu tienen la llave para entrar a su baluarte, al cual se nos invita y deja ver, traspasando con ello a su sagrado espacio y templo de creación, en el cual su arquitectura pictórica creativa, hace que la tierra toque el cielo, balanceándonos al interior del alma, forjando que nuestro espíritu atraviese los caminos enfangados de la ramplonería. Únicamente acompañado de su oficio y de su eterno fiel cómplice (su pincel), logran que volemos a los altozanos y al llegar a la cúspide de estos, seamos recibidos por el templo que se arquea en la más noble reverencia, en gratitud a la dicción que les podemos ofrecer al contemplar su destreza, haciéndonos soñar con sus profundos contenidos y los espacios inalcanzables de su ser. Su genial e inédita obra, construida en sus paisajes coloridos de naturaleza, de marinas y abstractos, nos provee la sensación de que estamos vivos, alegres, felices al estar rodeado de tanta belleza. El alma se nos abre y nos sugestiona con la intimidación de ser absorbidos al interior de su tabernáculo, ondulando nuestras sensaciones y haciéndonos tambalear ante su solemne obra, donde al mismo tiempo y una vez más, nos deleita con su alma desnuda y limpia, dejándonos solos con las notas musicales del silencio en el espacio más privado de su universo visual, como huella y señal de que es partícipe y testigo de las riquezas de su santuario que nos brinda, transmitiéndonos la satisfacción que se siente después de alcanzar un orgasmo, compartido en unisón con el amor, y la paz que transmite su alma, su genio y su don, siendo más que generoso, pues no sólo comparte las riquezas de su arte con nosotros, sino que además nos invita y nos abre la puerta de nuestra propia creatividad e imaginación, regresándonos al mundo mágico de poder soñar despiertos. Comulgamos una vez mas, con la curiosidad de dejarnos sorprender con su próxima obra abriendo la puerta de nuestra mente para que con sus dones nos infecte de paz y serenidad, despojándonos de nuestra hipocresía. León