Una incesante lucha, observada desde dentro, tu como espectador@ de ti mism@, contemplando con una mezcla de humor y temor como la confusión de las emociones azotan la mente y el cuerpo en un camino retorcido que sube, baja, se balancea, y tú bailando con él; y esa parte que no conoces de ti se ríe, se divierte, como diciendo: zarandéate, retuércete, que todo pasa, ya aprenderás…, sabiendo que se mantiene intacta, estable, segura, y aunque vela por nosotr@s, permanece escondida en una esquina, observando la confusión generada por nuestra psique.