Goyo - 2007-05-09 00:00:00
Humberto abre espacios para el cuerpo, para que la carne nos inunde y extienda su lenguaje hasta el infinito. Abre una luz que no es tiempo pero que inunda lo que es etenidad. Como dice José Carlos Somoza: " las tinieblas y los sueños se parecen en algo: ambos provocan visiones intensas".
Lo vertical es la fuerza de lo que expresa en lo horizontal, lo simbólico son los objetos que se anteponen como misterio de la sensualidad que gobierna un entrelazamiento que emerge de la noche del alba.
Poesía del color y de la forma y también lo que Miller afirmaba: "sólo quienes pueden admitir la luz en sus entrañas pueden plasmar lo que se halla en el corazón". Por eso, hay angustias, como las que estos habitantes de la penumbra sufren, que parecen alegrías, existen melancolías que se vierten en las lágrimas de un animal alado.
Un mundo roto, una isla apagada, unos cuerpos que quieren navegar desnudos en balsas rotas, una soledad que resplandece con la amanecida. Metáfora de una geografía que ha perdido el aliento.
Indudablemente éste es uno de los mejores lienzos que se tiene la oportunidad de disfrutar en esta página. Revoca ismos y tendencias, él mismo es toda una lección de como se construye una obra personal e intransferible.