… ” Por el inmenso mar del alma mía. “ (Jesús Tejada Romero).
No en vano la talla del extremo del mástil de esta bella Viola recuerda mascarones de proa de antiguos navíos envueltos en melancólicos cantos de sirenas.
La perecedera existencia de las hojas de castaño aparecen en contraposición a lo imperecedero de la música, expresada en la partitura. La perdurabilidad de la obra de arte frente a la extinta vida del artista.