III
Al fin la noche buena y su atenuante prosapia de ornamentos. Fuegos de artificio y botellas a punto de ser decapitadas, risas anónimas celebrando el falso nacimiento de un falso mesías eregido como rey de los idiotas. Mi madre prodiga remembranzas con suspiros, su francés impide que mi copa se deshidrate antes de tiempo. Una atronadora exhalación de luces de bengala coincide con el momento liminal del desahogo, une sus astros a los míos, rumia mi nombre más secreto. Es la primera vez en mucho tiempo que enfrento solo la grotesca gramática de fiesta. Ésta es mi primera navidad consciente de que no he nacido todavía.
Texto (c) Flavio Crescenzi
Fotografía (c) Daniel Yáñez González-Irún, 2009