“POLYPHONY: Working my Fingers to the Bone”, 2006.
Video Performance.
Approximate length: 20’
Tension, resistance and sleepless music
Though this action, the Performer will turn into an artista-harpist player-soloist, transforming her mails and flesh into a “musical harp.” Her hands will turn into an “instrument,” a harp with springs attached to her own perforated nails.
Por medio de esta acción la performer transfigurará su cuerpo y su carne en un instrumento sostenido por sus propias uñas perforadas.
Mediante la acción se consigue dotar a la obra de una desconocida y variada gama de posibilidades sonoras. En esta modalidad las uñas perforadas se corresponden únicamente con las de la mano izquierda, dichos agujeros se llevan a cabo ante el público y por medio de un pequeño taladro, perforándose en la punta de las uñas, una vez que éstas han crecido considerablemente como precedente al proceso creativo. El tratamiento no supone flagelación alguna, sino al contrario, puesto que al pararse detenidamente ante las uñas, con gran simpleza es capaz de transformar células muertas en células vivas, a las que aporta un nuevo y sobreentendido valor, células vibrantes. Son una extensión que prolonga el instrumento a lo largo de su cuerpo y conecta tanto a la performer como al público en mayor medida con la obra.
Se emplea a mayores una caja de resonancia y un arco de violín, que contribuyen a incrementar su valor escultórico y plasticidad. La caja en un primer plano, deja entrever que ha sido construida para tal fin. Siguiendo con la acción, una vez que las uñas han sido perforadas, y a través de un giro inesperado coge las cinco cuerdas que introducirá una por una en su correspondiente agujero, uniendo la cuerda de más grosor al dedo pulgar y así sucesivamente... La representación alcanza su punto más álgido cuando inicia el juego: se levanta, eleva su pierna izquierda, posa el mismo pie sobre la caja y sujetándolo por medio de una cuerda lo inserta en su creación. Por fin observamos lo plenamente esperado, el lenguaje musical, que establece los pentagramas adecuados para comenzar un diálogo simbólicamente retroalimentado: miradas, gestos, expresiones, movimientos, posturas,... Por último y ya frontalmente la performer asume el reto. Manipula íntimamente su más que preciado y particular instrumento con el arco; haciendo gala en ocasiones de una delicadeza grandilocuente, mientras que en otras desciende a los compartimentos más escabrosos, duros y oscuros de la multi realidad que ha creado.