Con la mirada olvidada en ese mundo que nunca existió,
con el sabor de tus besos cosido a mis labios,
y en este silencio que todo lo llena,
vivo esta noche cubierta de condena;
con tus recuerdos, figuras de verdugos falaces,
que me alejan inventando fábulas extrañas, ajenas…
Palabras y promesas descubriendo únicos paisajes,
jirones de vida repartidos en crueles aquelarres,
trágico final para una ingenua lágrima de amor,
que en su verdad, sola, se enfrentó al dolor.
Ya callaron los reproches,
ya durmieron los penares,
ya marcharon los sentires,
ya murieron los pesares,
ya pasó la noche y con ella se alejaron,
abrazados como uno para siempre,
mis sueños amarrados, confundidos y conformados
a tantas y tantas ilusiones.
(jpellicer)