JORGE-ERNESTO - 2007-09-27 00:00:00
“El huevo cósmico y la musa”, titulo que nos lleva a imaginar: ¿en qué estará pensando la musa?, quizá en la teoría acerca del origen de la vida, quizá en la teoría de la gran explosión, el “Big Bang”, o tal vez, intenta descifrar el mito del ser superior “P’an – Ku” (el mito del enorme huevo cósmico) en la leyenda china del libro de “Xu Zheng” del periodo de los tres reinos (220-265 años d.C.)
En esta obra, el escenario en el que Arnold Quintero deja volar sus fantasías, es un escenario irreal, onírico, donde la protagonista es una joven que en actitud pensativa contempla el “huevo cósmico”, despojada de todo, sin mas ropaje que su piel, sentada junto a un gato que se duerme mientras recibe una caricia.
La composición, es la captura de un sueño, cuyos misterios se intenta descubrir en el huevo cósmico que en lo alto es motivo de contemplación por parte de la musa; una recreación muy bien estructurada, donde sobresale una estructura de vanguardia en forma de garra orientada al mar que nos recuerda al “peine del viento” de Eduardo Chillida, un escenario surrealista para que la mirada escudriñe y el pensamiento recree en su vuelo lo que se quiera imaginar.
Llama la atención la arquitectura futurista que se alza buscando en la irrealidad el contenido que la imaginación necesita para que la escena tome vida en apariencia onírica, para que la mirada llene de colores las formas dibujadas que el imaginario del pintor nos regala en su pincel; ensoñaciones del pintor que nos invita a contemplar.
Arnold Quintero, dota a la obra de una serenidad visual gracias a colores suaves cromáticamente equilibrados en su pincel y al virtuosismo que hace gala en el dibujo; colores amarillos que se mueven en todas sus gamas mezclándose con tonos pasteles rosas y naranjas con algún que otro azul para equilibrar la sensación óptica.
Obra muy bien pensada y mejor ejecutada, facilitada en su ejecución por la técnica depurada de la que hace gala este excelente pintor.