He pretendido silenciar mi voluntad,… escuchando voluntades de quien pretende ser yo,… de aquellos que viven su vida proyectándose en la vida de otro,… que no asumen sus mentiras,… y arrojan con vehemencia sentencias absolutas,… tan cobardes que habitan en el reflejo de aquel que está y que no es,… he decidido que mis errores sean míos,... que mi verdad sea sincera,... asumir la distancia que me llevo a distanciarme,… a sentirme diferente,… sin complejos,… sin vergüenzas,… porque sé que a veces soy soberbio, vanidoso, egoísta,… aunque oculte tantas cosas que permiten que los fingidos me acepten,… y estoy solo,… rodeado en ocasiones de almas mezquinas, sin voluntad,… el miedo se esconde en el disfraz de la apariencia,… y compra sentimientos vacíos de personas vacías,… sé que quien pretendo ser es mejor que quien realmente soy,… quiero cambiar muchas cosas y empiezo por ser honesto,… el día que me conozca,… quiero ser capaz de reconocerme,… aceptarme en la miseria,… para crecer en la humildad de la imperfección,…
PD: Dios no me quiere y el Diablo me tiene miedo.
Texto: (c) José Ramón Sánchez Marcos
Tofografía: (c) Daniel Yáñez González-Irún