En los años sesentas, en la región de Tapachula, se vendía con singularidad un refresco llamado “don Q”, la característica principal era que a diferencia de la Coca cola, Pepsi, Orange Crush y Rey, este se caracterizaba por tener una presentación de dos litros a un precio barato, 50 centavos para ser exactos, además de ser producido por una empresa familiar de la región, misma que fue absorbida por la Coca Cola tiempo después.
Comenta la tía:
“Un día se acerco a la puerta un señor ya grande, decía que el ya vivía desde hace mucho por aquí, y que pos el solo quería trabajar, y como ya no puede, mejor pide dinero y comida, el hombre hace una pauta y dice, -yo trabaje con don Q-, y le contesté que quien chingaos era don Q, el señor me responde, -don Q el refresco, acababa de llegar de catrachalandia, mi vieja estaba embarazada y pos me tuve que esperar y trabajar, y aquí estoy ya con 69 años y pido limosna-”.