Detrás de unos velos una mirada sobresale, aquella capta los sentidos mas profundos de su entorno, percibe gusto a soledad, desilusión… posee una fuerza potente cuando tratamos el temor. Su miedo más profundo parece ser temor a resaltar, a sentir que es alguien, temor a lograr lo que miles como ella intentaron: marcar diferencia entre lo común i lo extraordinario, buscar un punto medio i tener la fuerza i el espíritu para lograrlo, temor por que su verdadera identidad sea velada; sin embargo, aquella marca que se establece y quita atención a lo demás ( la cual se posiciona entre los elementos de su mirada cautivante), denota fácilmente a entender una historia, nos devela SU historia, nos lleva mas allá de lo que este momento nos rodea, de nuestra propia historia, su mirada nos atrae, nos borra este presente, nos lleva de la mano a recorrer el sabio y a la vez misterioso camino de la fantasía mezclado con realidad, nos invita a jugar este juego aún igual de peligroso como lo fue para Isabel, nos revela un pasado que la hirió, un pasado qe marco un punto de meta i de partida, aquel momento que marcó a Isabel y ésta es la marca de un pasado, de una historia, el surgimiento de su naturaleza.
No obstante, y sin desvalorizar; su entorno supone ir más allá de un velo, más allá de la materia; algo que capta lo mítico, lo fantástico y repentinamente cuando solo examinábamos una obra, la realidad y la imaginación, la imaginación y realidad cobra vida y se fusionan mientras qe deja caer el concepto anterior de simpleza y la mente va más allá de aquello, la imaginación da consenso a cada expresión, crea su propia metamorfosis, su conversión, donde cada palabra contiene y lleva su peso, donde cada imagen alusiva que crea nuestra propia mente cobra vida, donde los sentidos toman el papel principal, donde la simpleza y la complejidad de los sentimientos toman control de uno mismo y se agudiza, se siente cada vez más cerca y se acerca, se agudiza y se acerca y es allí donde todo se pierde, donde cobra vida el blanco y volvemos a la realidad, donde un futuro espera, donde algo fantástico o misterioso nos abre caminos y nos ofrece elecciones, donde cada camino es una obra, una obra de arte, donde repentinamente y cuando menos lo podremos imaginar seremos Isabel, estaremos del otro lado y descubrirán en una simple mirada nuestra propia historia, nuestra esencia, velarán nuestra identidad y allí entenderemos de que cada obra comienza donde hallamos el punto de coincidencia con nuestra propia realidad.