Este cuadro significó en mi vida un antes y un después en la concepción del amor.
Despertó en mí el anhelo de encontrar a mi alma gemela y ése anhelo me llevó a encontrarme a mi misma.
A medida que maduramos podemos empezar a experimentar el amor que está más allá de la sexualidad y que honra la individualidad única del otro. Empezamos a entender que nuestra pareja funciona a menudo como un espejo, reflejando aspectos desconocidos de nuestro ser más profundo y apoyándonos para que nos volvamos un todo. Este amor está basado en la libertad, no en las expectativas o en la necesidad
El amor no nace al tratar de resolver nuestras necesidades dependiendo de otro, sino al desarrollar nuestra propia riqueza interior y madurez.
El amor real es incondicional y libre.
El amor es un dulce sentimiento que duerme profundamente en nuestro interior.
Cuando los seres están preparados para amar con toda plenitud, sin condiciones, están preparados para encontrar a su alma gemela. Las almas se buscan durante largas vidas, recorriendo diferentes caminos y viviendo distintas vivencias, buscando y esperando tan grande encuentro.