Lei las maravillosas obras de Alberto Vazquez Figueroa, los ojos del touareg y el touareg me marcarón ya que naci en un país no muy lejos de los hombres azules y dromedarios. De su soledad en la inmensidad nace la belleza de su alma.
Cuando vi esta foto, no pude resistirme. Me recordaba tantas cosas.
La majestuosidad del hombre me conmovió por su rostro tan sereno y a la vez tan digno. Es una raza admirable con un codigo del honor intachable.
Hoja de papel de 300 Gramos de 0,57 X 0,76
Acuarela