Con cierta inclinación surrealista, estos cuadros revelan un gran mundo interior. Un mundo interior formado por aquellas pequeñas cosas (como diría Serrat) que nos definen y componen aquello que denominamos identidad. Lo primero que vemos en ambos cuadros es la referencia de una paleta de pintor tirada en un suelo embaldosado. Esto alude a su vocación de pintor y a su tendencia de tener los pies en el suelo, aunque luego quiera echar a volar