Pons-Tello - 2007-10-18 00:00:00
Como el viento y la lluvia que erosionan la piedra a base de tiempo y paciencia, Rafael Piedehierro sabe encontrar en el material pétreo sugestiones antropomorfas: agujeros, orificios, ojos que nos contemplan, fosas nasales que parecen a punto de respirar...
La piedra se nos muestra como una fisonomía dormida, como una gran fuerza latente a punto de despertar.
Del sueño de la montaña rocosa y de las manos del artista, despierta esta obra de arte que se diría trabajada por Vulcano desde el mismo interior de la tierra.