¡Hay Vladimir! Que doloroso es darte la razón, y verme diciendo: luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía…….. Aunque esta ves mi “Lo” sea “Lo” etéreo mezclado con “Lo” dulce agonía de despertar aun arraigado a este suelo en que sus ojos me torturan y su piel virgen me hace a mi, un viejo lobo, perder de nuevo “Lo” inocencia, de una forma inhumanamente inconcebible.