Estas piezas inspiradas en fragmentos de ladrillos moldeados y vidriados, representan a dos doríforos del tambien llamado “friso de los inmortales”. Se encontraron en la sala del trono del palacio real de Darío I, en Susa, siglo V a.C.
Estos Doríforos o lanceros persas, han constituido uno de los temas que el arte ha hecho más populares, apareciendo en todas las enciclopedias como inevitable ejemplo del arte persa y aún como modelo de belleza.