La imposibilidad de leer en la velocidad de los signos contemporáneos y las miradas inmediatistas han propiciado soluciones rápidas para problemas urgentes. Tiempo, tiempo no hay tiempo.
La técnica para los ocupados y los desocupados es el libro aventurero para leer en un viaje de veinte mil lenguas, con tres niveles distintos de velocidad (según RAM) y donde el interesado consumirá en una hora sin pausa; una obra.
El libro vacio está por reconstruir desde la pausa de la mirada.
Miguel Ángel Gelvez