Entre tus muros ajados y desnudos, se pierden y se esconden como indelebles marcas de fuego, vidas de otras vidas.
Susurros que, atrevesando espacios infinitos, envueltos en grises me enseñan caras desconocidas.
Hogares que lo fueron para los más, y lo son ahora para los menos.
Hogares que se visten de ruina y miseria, para enseñarnos lo que, seguramente, somos...