Pons-Tello - 2008-11-16 00:00:00
Desde el balcón con tiestos y flores es posible atrapar un fragmento de cielo. El gesto cotidiano, la mirada de cada dÃa, se puede convertir en un viaje al infinito.
El mar nos espera, caminaremos sobre la playa de granos de arena de reloj que no se detiene. Tempus fugit, instantes que se rompen igual que las olas se estrellan espumosas en los acantilados.
Desde el balcón florido, en un dÃa de luz y esperanza, la imaginación vuela como las gaviotas que siempre vuelven.