Goyo - 2007-02-20 00:00:00
Actualmente la libertad del artista es total, ya no hay cánones miméticos y la realidad exterior no dicta sus férreas condiciones.
Por consiguiente, a principios del siglo XX surgieron las tendencias que descartaron el espacio ilusionista tridimensional para introducir abstracciones, fragmentaciones cromáticas, líneas, manchas flotantes, etc., y enfocan su objeto hacia la génesis de formas que establecen su propia realidad o que simplemente dan a conocer otra constitución de las cosas.
Fiedler plantea las formas artísticas como formas de conocimiento del mundo que nada le deben a la imitación.
Este artista, en este lienzo, epígono de otros muchos precedentes, formula la representación en términos de construcción estática, sin dinamismo, sin vibración, geometrizando el espacio a través de trazos horizontales, verticales y diagonales de casi un mismo color, como un signo metafísico o cósmico.
No intenta guiarnos hacia una transformación o una metamorfosis, sólo le preocupa captar una esencia, un esquema resumen de lo que considera un cuerpo en reposo, mortal, una radiografía de nuestra naturaleza, mezclada con la materia con la que se hace la propia pasta de la tela.