Quien se mire en el ojo de Osiris verá su propio futuro en él. Es por éso que en la pupila del ojo econtramos un espejo, pues nuestro futuro somos nosotros mismos. En una parte del ojo encontramos el río Nilo y en ella está plasmado el orígen de Osiris; la segunda parte tiene los colores del desierto y allí encontramos el Duat o Pesaje de las Almas.