Rebull - 2007-01-14 00:00:00
Elberto tu pintura está hecha para contemplarla sin cansarte. Los pueblos los conviertes en cunas que adormecen y cantan para la contemplación, como la buena música. La rigídez que siempre llevan los paisajes urbanísticos la resuelves dando movimiento ondulante a las casas, unas van para allá, otras para acá. De tonos suaves sin estridencias invitan a la ensoñación. Elevas la pintura y eso hace que también adquiera un aire de vivir en un sueño o deseo.