TARRACO Y SU PATRIMONIO
Parte de las esculturas Henrika se sirve de un personaje femenino, Tarrako, de aspecto bondadoso, que parece encerrar una inteligencia impactante, bajo un cuerpo de belleza mediterránea de cierto atractivo y acusada personalidad.
Es una mujer sin edad y sin tiempo, que está como mínimo a la altura de su amigo Kronos, con lo que adquiere el grado de “divina”, “eterna”, “genio protector” de su pueblo, de la Mediterránea.
Se manifiesta en los albores del Tercer Milenio a través de la obra de ésta sensible y sensitiva artista, expresando actitudes en las que se podrá identificar cualquiera, adivinándose incluso en ocasiones un cierto y vago paralelismo con un autorretrato.
La “genio protector”, la “divina” fémina Tarrako representa en muchos aspectos el sentir de la mujer mediterránea, mujer trabajadora y muy emprendedora, sacrificada, amante y fiel defensora de sus criterios y de sus ideas, en la que destaca su inteligencia y su sensibilidad.
Tarrako se ve representada en las esculturas de Henrika en actitudes diferentes: De “Espera”, de “Protección”, de “Ansiedad”, de “Gloria”…
“Tarraco es como una mujer muy bella, preciosa. Pero su timidez impide que el mundo la conozca, y disfrute con ella”
“El Mar mediterráneo, ese precioso - puente de mar azul - ha sido de siempre el vínculo entre razas, culturas y hombres”.