Freijanez - 2008-10-25 00:00:00
Veo el arte de la compañera Elizabeth variado y completo, un arte de investigación, de búsqueda permanente que se resiste a disociar lo que se siente de lo que se expresa, lo que se dice de lo que se es, por tanto, de lo menos esquizofrénico que conozco. No percibo en ella la desasociación lamentablemente patente o semioculta o latente que con tanta asiduidad se da en muchos autores, el divorcio tangible entre lo que se pinta y lo que se siente, entre el mensaje que se da y el verdadero contenido del diario comportamiento, del mezquino proceder. Entiendo su obra homogénea pues, en la inocencia de su intencionalidad, y variadísima e intensa en la búsqueda de nuevas vías de expresión solidaria que no denotan en cada intento sino lo que lo que se trasluce de una vida plena de dulzura, de atención y de amistad, de una vida que no apunta a la fama "que es como un chicle, no más que agradable" a veces, sino a "una comida más consistente" que supongo que es el cultivo del alma, de su alma, la que nos ofrece casi a bote pronto sin perfectos acabados, dando prioridad siempre a la luz que se va haciendo, a sus bellas elecciones cromáticas que va conformando la poesía misma simulada de belleza plástica. Prefiere como algun@s otr@s pintar amable a mentir como bellac@.
Me prometí que te haría un comentario un poquito elaboradito y, aunque ha tardado, aquí está. Te lo debía.
Un abrazo,
Freijanez.