JORGE-ERNESTO - 2007-12-27 00:00:00
La obra “Crepuscular” se manifiesta en un abstracto de ensueño, dejándonos en su afán los caprichos de la insinuación un crepúsculo vestido de grana.
Obra que encarna una oda preciosa al crepúsculo, que en su agonía nos deja un tapiz de colores grosella y grises en un amplio cielo que cede su protagonismo para que el sol ocupe la parte medular en un gesto de huída hacia el ocaso, de ahí los colores rojizos, que los rayos del sol dejan como telón de fondo a la escena crepuscular, un parto en el infinito, un instante mágico en el que el sol se despide dejando los más bellos matices en el firmamento.
Nubes que se pierden en el horizonte y un mar sereno que sirve de lecho a un sol que acaricia el instante con sus colores, mientras cae en éxtasis lentamente dejándonos una tarde crepuscular vestida de fuego.
En esta obra, Pons Tello se ve en la obligación de reflexionar acerca del paso del tiempo sin relojes, para entender el fluir de la materia en su transformación permanente sin atarse a la voluntad del hombre, para ello escoge al crepúsculo como motivo de temporalidad representado con la sola libertad de la materia viva.
Texturas arañadas de la nada que desvelan un horizonte generoso, materia que diluye en alborotado trance el fluir de los colores, matices que rompen la soledad de tonos fríos y cálidos, luminosos y oscuros, una atmósfera lírica para la contemplación.
Obra que se resiste a morir en la representación a pesar del ocaso, sus colores rojizos se imponen, son espíritus vivos en la destrucción contínua que se aferra a la transformación de la materia para renacer.
Enhorabuena para Pons Tello por lograr despertar interés y encandilar en sus obras.
Alejo-Gonzalez - 2007-03-13 00:00:00
Espectacular. Me encanta la composicion, la fuerza, la emocion, lo visceral que hay en ella. De mis favoritas del portal. Muy buen trabajo, en general todo es muy bueno, pero este me encanta.