rafaelpiedehierro - 2007-12-03 00:00:00
La originalidad del discurso pictórico del artista valenciano estriba en el hecho de que esta utilización de la imagen de lienzos o esculturas del pasado le sirve para formular un sugerente y apasionante diálogo sobre el mismo hecho de lo pictórico ( o escultórico, en su caso ).
¿Qué es la pintura?, parece decirnos. ¿Una anécdota representativa que ya no interesa? (Puede ser un San Sebastián, pero ello es irrelevante).
Preguntas que, como en todo arte de ley, no tienen porqué tener una respuesta unívoca y contundente. Porqué la posible ambigüedad nace de lo rico, trabajando y coherente de la propuesta, y no de su posible deficiente formulación. Y todo esto acompañado de una técnica prodigiosa, hecha toda ella con afinados matices cromático-formales.
Enhorabuena, saludos.