La historia de la construcción de la Iglesia de San Bartolomé de Andújar no cuenta con el dato fijo que permita precisar cuando tuvo lugar su comienzo. Sí se puede aventurar la hipótesis de que la evolución del edificio fuera de larga duración, y que el primitivo proyecto se viera adulterado con las nuevas corrientes estéticas del siglo XVI; siglo de gran importancia para la ciudad, ya que la fidelidad que le presta a Carlos V durante los alzamientos de las Comunidades de Castilla, le proporcionan importantes favores y recompensas que dinamizan su vida económica y cultural.
Alrededor del año 1550 hay conocimientos de que las obras se estaban desarrollando bajo la dirección de los Castillo, una afamada familia de canteros jienenses.
Francisco del Castillo El Viejo, es el nombre del primero de ellos que conocemos actuando en esta iglesia de San Bartolomé. Después de 1556 será Francisco del Castillo El Mozo, hijo del anterior y figura relevante de la arquitectura en esta zona, quien se haga cargo de las obras de esta iglesia como sucesor de su padre. Es él quien da un nuevo ritmo estético al conjunto goticista, transformándolo con exhibiciones del más elegante manierismo italiano. A él le corresponde la reforma del crucero y el presbiterio, dejando a su vez su huella en arcos torales y en la decoración manierista de sus bóvedas.
Una de sus capillas, la del Bautismo, se cierra con una reja plateresca del Maestro Bartolomé con el tema del martirio de San Sebastián, originariamente perteneciente a la ermita del mismo nombre. A finales de la centuria se levanta la gran torre-campanario, de planta cuadrada que termina acabada en forma octogonal con pináculos en las esquinas y rematada con capitel.
Bernabé de Lorca y Benito del Castillo son los responsables de dar final al conjunto, cuyo interior queda ya concluido en el año 1596.
Desde su definitiva terminación la obra se ha visto poco adulterada, sólo se le añadió la capilla sacramental y sufrió una restauración en el siglo XVIII.
Texto: Jaenpedia