Sin dibujo previo, primero tracé con ceras los motivos florales y el jarrón. Después fui “acuarelando” el fondo y añadiendo pigmentos húmedo sobre húmedo, detallando sombras con la esponja y difuminando la cera con los dedos. Hice reservas de luz y usé sal para absorber el exceso de pintura. Significa un día feliz, dejándome llevar con espontaneidad. El título de la obra responde a una negación y reivindicación de cómo no quería sentirme ni ser tratada nunca.