Obra digital del pájaro de fuego, cara, rostro dentro del ave, cuerpo insinuado dentro del rostro, somos uno, hombre-mujer, la dualidad deja paso a la unicidad, raza superior, humanidad galáctica, seres alados, pájaro de fuego que alumbras el crepúsculo.
Buscas conectar, aleteando con tu mirada directa, con la fuerza multicolor del planeta de la esperanza. Crepúsculo, pero no retirada, sino nacimiento de un nuevo paradigma surreal, en la mente sideral, galáctica, del ser que mira, que vislumbra más allá de la conexión.
Lo que es arriba es abajo y lo que es abajo es arriba, leyes herméticas, color desbordante, insinuación, sensualidad, roce, fuerza y fundamento.
Ocultismo en la obra, fuerza del ego, como un trueno, aunque persiste lo esotérico como contrapartida, determinación y biología.
Una existencia nutrida a base de exhibir el cambio continúo en la alborada determinante, en la fuerza del destino como ave que transforma aquello que se contempla en la energía sutil que mueve la vida.
Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA)