BALDERAS - 2008-11-03 00:00:00
Julio: toda tu obra es una impagable aportación para ensanchar los límites de la técnica de la acuarela. Un magnífico ejemplo para superar los tópicos tan manidos sobre lo que debe ser una buena acuarela y que como he oído decir a algún supuesto entendido se reduce a “la acuarela tiene que ser pincelada suelta y agua, mucha agua, agua chorreando…” y se queda tan pancho..
Y sin embargo las posibilidades de pintar a la acuarela son tantas como sean capaces de descubrir los acuarelistas.
En un determinado momento del siglo XIX, los artistas europeos se dejaron seducir por las características de las aguadas chinas de tradición Zen: gracia caligráfica en la pincelada, economía de medios, etc. Y por su puesto se han hecho y se siguen haciendo magnificas acuarelas en esta línea. Esta manera de utilizar la acuarela acabó por convertirse en la supuestamente ortodoxa, y sin embargo, por supuesto, no es la única.
En arte no hay ortodoxia que valga, y esta concepción limita y empobrece tremendamente las posibilidades del procedimiento.
Los que así hablan, se ve que no se han molestado en mirar lo que hacen por el mundo tantos grandísimos maestros de la acuarela, cada uno a su manera, como es tu caso. Potencias al máximo todas las posibilidades de color que tiene el procedimiento sin perder un ápice de luminosidad.
Y como eres un gran artista, el resultado es magnífico.
Mi enhorabuena.