Angelglezz - 2008-05-02 00:00:00
Federico Eguía acomoda sus trazos sobre el perfume de las letras. La simbiosis significativa de su obra trasciende así del mero soporte, para impregnar el ojo que desea la palabra y desea de sus pigmentos.
Siempre quedan visiones y trazos nuevos a pesar de que dicen que el viento ya lo ha dicho todo. Fede lo sabe y transforma su hábitat cuadrado en todo lo que no está dicho. El color y la disposición de sus embestidas, dan cabida a las pincelada literatas y al final todo es un arte muy maduro y místico al que abandonarse con la complacencia de haber visto algo nuevo.