Rojaspol - 2012-10-22 06:58:21
muy bueno . excelente manejo del color expresion de color
totichopas - 2009-04-27 00:00:00
Has abierto el espacio que hay entre la vida de tu obra y la palpable, la expresividad además hace sentir el efecto puro de tus colores que se enredan entre unas luces tiznadas a modo de gran Genio.
Es alucinante esta obra y por lo tanto rindo honores, me quito el sombrero y te doy mi gran enhorabuena, celebrando que haya monstruos de tu talla para satisfacer el deleite contemplativo.
Un fuerte abrazo.
TadeGarben - 2008-10-29 00:00:00
Cuanta expresión oculta, solo visible a los ojos del arte. Gracias por tu trabajo.
Liz- - 2008-04-27 00:00:00
Que buena obra Hermel... fuerte y sentida los colores y calidez extrema... casi puedo tocarlos. Felicitaciones!!
m_oliva - 2008-02-25 00:00:00
Magnífica, encantadora y todo más que se puede querer en una obra de arte, haciéndome cautivo en su mundo, donde la eternidad es solamente un detalle como un día después del otro!
Goyo - 2008-02-25 00:00:00
Hermel Orozco, como pintor, reúne muchas identidades y muy variadas memorias y tangibles recursos.
Me atrevo a presumir que él considera su obra "Soledad vigilada" la culminación o una de las consumaciones sobre su serie de los laberintos. Seres despojados, antropomorfos, solitarios, buscan salidas que no hay. Son límites existenciales que el pintor recrea con un dramatismo cromático que hace más angustiosos esos infiernos ignífugos.
Pero en "Adios, amor", cambia de registro y nos precipita en la duda. ¿En ese primer plano de unos cuerpos femeninos que retoman su integridad no hay un delirio patético y sufriente que podemos atisbar en Matias Grünewald, siglos atrás? ¿En esa visión de muerte no hay la pasión que se revela en esas cicatrices que inundan el lienzo y en él dejan la marca del pintor, preso de un tiempo agónico?
¿Los distintos contrapuntos cromáticos hasta llegar a un blanco albayalde no nos hacen ver un último trance todavía más sombrío: el retrato del fin de la juventud y la belleza?, ¿Esa alegoría que siempre está presente?
Un adiós definitivo a un cuerpo que no ya no tendrá más espíritu que el que late en su propia finitud.
Hermel sabe como hacernos sentir el misterio que se esconde detrás de unos rasgos que perfilan un estilo, un inconfundible concepto pictórico que refleja como pocos un universo propio.