funcionari - 2008-03-18 00:00:00
Estupenda obra con mucho mensaje. ¡¡¡ Enhorabuena !!!
Efectivamente una imagen descubierta sin vanidades, del mundo que nos rodea, y me atreveria a decir que es tu propia alma la que nos ofreces llena de profundos sentimientos para que llegue al observador. Felicitaciones. Un abrazo. Funcionari
Angelglezz - 2008-01-31 00:00:00
Un Mimo contenido y prolongadamente silencioso es la clave. Un alma que no pende del hilo de la palabra, que se ha desleído de ella,que no la necesita, en fín. Sin el vestido de la vanidad ni la superchería a la que nos abandonamos a diario, el mimo presenta sus prismáticos para que alguien le mire adentro. Tan solo eso. El Mimo necesita de sensaciones y sentimientos, el Mimo no persigue la altanería de la presencia, ni sus alas mojadas. Porque, para qué quiere un Mimo unas alas mojadas.
El alma desnuda del Mimo, es capicúa del alma desnuda de José Luis. Porque uno no existe sin la omnipresencia y la autarquía del otro. Uno es la valva y el otro lo de dentro.
En este mundo voraginoso y hiperbólico, lo que menos cabe, es que alguien, un Mimo o un indigente, o un yonqui... da igual quién, alguien, nos mire cara a cara y nos enseñe sus ojos, esos ojos que nos hacen padecer el vértigo, esos ojos que muestran lo que no gusta, lo que no huele bien, el bisbiseo de la lengua de serpiente. Esos ojos que nadan envueltos en lágrimas,mientras enciendes el cigarrillo; esos ojos ensartados en lágrimas, mientras tomas la ducha caliente; esos ojos relegados a las lágrimas, mientras eres tan canalla .
Para que luego, alguien diga que todo está dicho, que en el Arte actual no hay nada nuevo, que somos los mismos perros con los mismos collares. ¡Qué miren esto!