rafaelpiedehierro - 2007-06-21 00:00:00
La fábula de los cuentos de hadas ha reclamado su parte del pastel y ha surgido,por fin a la superficie; lo que era hermoso agradable y delicado se imágina,azul turbio fantastico.Y NADA MÁS.Juán,es una obra para entrar dentro de ella y soñar.Enhorabuena,saludos.
Goyo - 2007-02-28 00:00:00
Juan Diego depura la materia, no quiere obstáculos ni mediaciones, la inserta dentro de la iconografía abstracta del expresionismo abstracto americano de los años 50, fundamentalmente de Pollock.
Busca recrear la naturaleza desde esa base y en concreto el entorno de su isla, y lo quiere hacer en un plano a través de la acción, tensando y dinamizando trazos, gestos, líneas, chorros, hasta configurar un soporte que toma la forma de un mural cromático, que quiere ir y extenderse más allá del lienzo. Es una naturaleza que no puede controlar, que se desborda, que persigue el éstasis y hasta la tragedia.
El artista ejecuta con exasperación o calma y gestualiza con el mismo ritmo con que la manifestación de ese icono exterior se va desarrollando, además de que sabiamente entrelaza, rasga, diluye, mezcla esos elementos que se desencadenan y que han de formar parte de esa visualización.
Se percibe una relación íntima, terriblemente individual y subjetiva, entre la materia, la luz, el color y la tierra. El hombre ha desaparecido porque su propia presencia, dada su imperfectibilidad, rompería este magma cósmico.
Ahora queda el siguiente paso, que espero que siga sorprendiéndonos.