La noche
El Sol enamorado
Se rinde ante su belleza
Parpadea lentamente.
Enreda los dedos dorados
Entre sus rizos de estrellas.
La noche, dulce, lo besa.
Lo derrite, lo apasiona.
Él se entrega obnubilado
En un cielo anaranjado.
Lo adormece con canciones
De ranas, grillos y brisas.
Lo arropa con el misterio.
Guarda de a uno sus rayos.
Lo acurruca, lo acaricia.
Las sombras como gatos,
Se estiran y se recuestan.
Al mundo entero seduce;
La cortejan los poetas,
En vigilia, los artistas
Vuelan alto para verla.
Coronada por la Luna,
Reposa como una reina.
El Río obsequia destellos.
El Mar le ofrenda la espuma
Y collares de Rocío
Que descuelga con la Bruma.
¿Quién dijo que ella es oscura?
Tal sutil es su belleza,
Que ilumina con suspiros;
Es una niña La Noche…
Por eso es suave y serena.
Patrice A. Blanco