FERNANDO - 2006-12-09 00:00:00
Tienes razón, cuando niños aspiramos a tener una bicicleta para montarla, luego ya cuando crecemos, la dejamos olvidada en algún rincón del solar de la casa, allí se pone vieja y vive sola su abandono, hasta su completo deterioro y muerte. Pero si lo miramos desde el punto de compararlas con las personas, se puede decir que tiene cierta similitud con tantos ancianos que están por ahí abandonados, olvidados hasta por sus propios hijos, que como ya no los necesitan como padres, no los vuelven a buscar nunca más, y quedan sumidos en el recuerdo de su propia historia, porque no habrá mas caminos para recorrer. Toda tu obra es hermosa desde donde se mire, se reflexione y se compare. Que gran ejemplo de ver las cosas de otra manera.