juanvalen - 2008-02-06 00:00:00
Tal vez hayas oído que la fiesta de los toros es un arte, pero no lo es....Es una Ciencia...La ciencia de la Tortura. Nada en la fiesta brava es genuino, solo el dolor. Me extendere un poco para exponer porque soy un ANTITAURINO:
24 Horas antes de entrar en la arena, el toro ha sido sometido a un encierro a oscuras para que al soltarlo, la luz y los gritos de los espectadores lo aterren y trate de huir saltando las barreras, lo que produce la imagen en el publico de que el toro es feroz, pero la condición natural del toro es huir NO atacar.
Le recortan los cuernos para proteger al torero. Le cuelgan sacos de arena en el cuello durante horas. Lo golpean en los testículos y en los riñones, le provocan diarrea poniendo sulfatos en el agua que bebe para que llegue débil y desorientado al ruedo. Le untan grasa en los ojos para dificultar su visión y en las patas una sustancia que le produce ardor y le impide mantenerse quieto para no deslucir la actuación del torero.
Los caballos de los picadores:
Se eligen a caballos que ya no tienen valor comercial, por que el animal muere en 3 o 4 corridas a lo mucho, es muy habitual que el animal sufra quebraduras múltiples de costillas o destripamientos. Se les coloca un peto simulando que se les protege, pero en realidad se trata de que el publico no vea las heridas al caballo que con frecuencia presentan exposición de vísceras.
La pérdida de sangre y las heridas en la espina dorsal impiden que el toro levante la cabeza de manera normal, y es cuando el torero puede acercarseCon el toro ya cerca del agotamiento, el torero no se preocupa ya del peligro y se puede dar el lujo de retirarse del toro después de un pase especialmente artístico, echando fuera el pecho y pavoneándose al recibir los aplausos del público Cuando el toro alcanza este estado lastimero, el matador entra en el ruedo en una celebración de bravura y machismo, a enfrentarse a un toro exhausto, moribundo y confundido
Antonio Gala, escribió en el dominical de El País un 30 de julio de 1995 un artículo en el que confesaba su "conversión" a antitaurino.
"Y de repente [el toro] miró hacia mí. Con la inocencia de todos los animales reflejada en los ojos, pero también con una imploración. Era la querella contra la injusticia inexplicable, la súplica frente a la innecesaria crueldad
Y finalmente recuerden:
La TORTURA NO ES ARTE NI CULTURA!