rafaelpiedehierro - 2008-03-25 00:00:00
Rosario, tú sí que lo dices alto y con ternura,con estas manchas denuncias la crueldad del hombre por el hombre,cuando dejaremos de hacernos daño en nuestra propia alma,cuando el ser se mirará a los ojos para solo amarnos,cuando la mente humana celebrará la total tolerancia,cuando con las caricias sentiremos el amor en nuestros cuerpos para elevarlo.Cuando?.Enhorabuena, un abrazo.
Malen - 2008-02-22 00:00:00
Magnífica obra, bellísima composición, estudio del color muy conseguido, has logrado el objetivo "del velo túpido", Enhorabuena !!
Rguardia - 2008-02-02 00:00:00
Muchas gracias por tu comentario Rosario, muy hermoso. También me gusto mucho toda tu obra , la encuentro muy expresiva y atractiva. la atmósfera que creaste en este cuadro es muy sugerente y la manera en que utilizas el color es estupenda. Muchas felicidades!
FERNANDO - 2006-12-30 00:00:00
Rosario, cada obra tuya tiene que ser analizada con la lupa psicologica del descubrimiento, pues encierras en ellas algo que esta ahí latente, y es esto lo que hace que tu trabajo sea interesante, tu manera sutil de decir las cosas de todo aquello que nos rodea por medio de la pintura, te felicito. Esta obra en especial me ha llamado mucho la atención por su titulo: BURKAS y referente a ello te adjunto testimonios de personas que han conocido y vivido al lado de estas pobres mujeres que han padecido esta tortura:
Testimonio de Jon Lee Anderson, desde Bagdad.
Hubo una época en que las chicas de Kabul andaban en minifalda. Todo cambió para esas mujeres en la última década del siglo XX, cuando después de los soviéticos llegaron los mujaidines, y fue peor cuando los talibanes tomaron la ciudad con su visión puritana del Corán. Entonces cayó la noche.
Había mujeres pero nunca las veías. Andaban debajo de las burkas, esos mantones que te cubren todo el cuerpo hasta convertirte en un fantasma de mujer en un mundo de hombres. Así que nunca las veías, y cuando tenías suerte apenas divisabas a lo lejos unas manchas andantes, mujeres desdeñadas y siempre en plan de súplica como si tuvieran que pedir perdón, y dejas de mirarlas como seres humanos. Imponer la burka fue como la última cosificación de la mujer. Fue como poner las estrellas a los judíos en el ghetto de Varsovia o la banda rosada a los homosexuales en la época nazi. Obligar a una mujer a esconderse debajo de un mantón es marcarla de pecado, decirle que es sucia y que sólo así, envuelta en una bolsa, es aceptable.
Testimonio de Ana Tortajada y Mónica Bernabé
"La burka es talla única; te hace una presión terrible en la cabeza, no ves el suelo que pisas y pierdes el sentido de la orientación. Para andar tienes que seguir a alguien", contaron. En ese valle de terror y represión que es Afganistán, lo peor, no son las burkas, sino "la crueldad". "Las mujeres no pueden salir solas, no pueden ir al médico, no pueden trabajar y no pueden estudiar", cuentan.