Goyo - 2007-06-07 00:00:00
Carlos Blanco, en sus obra "Las modelos" y "Mujeres en las rocas", nos ofrece dos visiones distintas en sus planteamientos estéticos pero similares en la definición escenográfica.
Tres mujeres, en casi semejantes posturas, se materializan en una composición que está organizada bajo dos modelos representativos:
En "Mujeres en las rocas" prima la recreación clásica de un Ingres y de un Picasso, es mas bien academicista desde una perspectiva alegórica, en la que se refleja una celebración de la alegría de vivir.
En el cuadro de "Las modelos", por el contrario, vierte una pintura descarnada y grotesca de un mundo en que la glorificación del cuerpo acentúa la vaciedad del mismo, la que tiene como fin la cosificación y utilización del ser humano, la que le imprime el estatuto de objeto inerte. En definitiva, continúa la iconografía expresionista de un Ensor, Dix, Nolde, Rouault y otros (sin olvidar cierta referencia a "Las señoritas de Aviñón" de Picasso), consiguiendo una vez más dar prueba de un talento plástico muy personal.
Hay otros elementos a considerar pero he querido remarcar este contraste y su versatilidad tan eminente para desdoblar su universo pictórico.