La multitud estalla de gozo y alegría.
Repican las campanas de orbe secular,
y las mozas de mundo, anhelantes e inquietas,
con el cuerpo arqueado y las piernas abiertas,
en la blanca blancura de las sábanas nuevas,
ofrecen al Altísimo su floresta nupcial.
Los esposos aguardan en un reclinatorio
con el cuerpo desnudo y el falo horizontal.
Apenas vibra el bronce, reverbera el tañido
de la esquila cercana,-¡Oh amor universal!-
desde Roma a Santiago, desde Lourdes a Fátima,
en Brasil y en Calcuta…¡se comienza a follar!
¡Salve, vagina et falo! ¡Es el polvo de Pascua!
¡El polvo de los polvos! ¡El polvo de los Salmos!
“Polvum erit amicus”, “Unicus polvos santus”.
“Dóminus gocet novis”. Es el polvo sagrado
de la Santa Hermandad. ¡El polvo permitido!
El polvo bendecido…
¡por nuestra Santidad!