La Sibila Délfica (en italiano, Sibilla Delfica) o Sibila de Delfos, es un fresco del pintor renacentista italiano Miguel Ángel en la Capilla Sixtina (Ciudad del Vaticano). Data del año 1509. Mide 350 centímetros de alto y 380 cm de ancho. Como su nombre indica, la pintura representa a la Sibila Délfica de la mitología grecorromana.
El fresco forma parte de una serie puesta en la base de la capilla en la que figuran, alternándose, los profetas del Antiguo Testamento junto a las Sibilas paganas. Estos profetas y sibilas ocupan espacios triangulares, y son las figuras más grandes del conjunto de la Bóveda de la Capilla Sixtina. La iconografía católica renacentista mantiene las sibilas porque consideraban que estaban dotadas de la facultad de ver el futuro, anunciaron la llegada de Cristo.
Todo este zócalo de sibilas y profetas conduce ópticamente desde el bajorrelieve (comenzando por Zacarías) hasta la figura exenta (Jonás). La sibila de Delfos pertenece a la primera parte de esta evolución, pero presenta ya una clara tendencia a separarse de la arquitectura pintada.