Como homenaje al país de residencia actual, la artista representa los símbolos patrios de Panamá, en dos planos, esta composición tiene el árbol Panamá (árbol nacional) de fondo, con sus anchas y verdes hojas, para dar marco al águila harpía con su gran estampa posado en el árbol con sus fuertes garras y la flor del Espíritu Santo de color blanco, todos tras un fondo de color pastel que hace resaltar a los tres elementos