JORGE-ERNESTO - 2009-06-15 00:00:00
Huir no es escapar pero sólo huyendo se escapa, nos recuerda un dicho del acerbo popular. En este sentido, el místico poeta Fray Luis de León escribía: “Huye, que sólo el que huye escapa”
“La huída”, es una obra realizada con la fuerza de creador desde la serenidad del universo del pintor y ejecutada con la dulcificada furia de su talento.
El color rojo en su fuga alborota al blanco, amarillo, naranja y azul celeste, dando la apariencia que va dejando atrás el vacio de la oscuridad en la estela del color negro, para dotarle de protagonismo a la huída, nacida abstracta en la idea, insinuada en el lienzo y objetivizada en los imprevistos del color, una huída a la imaginación.
En esta obra, Vilanova Ratzki, se deja llevar por los desvaríos de la creación, dejando que su genio de pintor sea espontáneo, donde el gesto totalmente libre de una paleta que modula empastes generosos, con pincelada firme y espontánea, nos deja ver la intención del trazo que va tras la sombra de la línea, apoyándose en el color, dejando que la imaginación imantada se pierda en la huída de la representación.
Esta obra insinúa la articulación de la imagen camino a la interpretación de lo enigmático, alivia lo visual acercando las jerarquías ópticas de la imagen hacia la imaginación, la perspectiva se trasgrede a sí misma, cuando no, se anula en la no representación para dejarlo todo a un plano meramente abstracto que se sustrae de lo visual, atado al enigma de lo imaginativo, complejidad que se adivina en la querencia reveladora que aquieta la idea de marcado perfil significativo en la expresión abstraída de contenido real.
Vilanova Ratzki, despliega con destreza un certero y ligero trazo, sometiendo a la materia que se acentúa con el color.
Su obra deviene en una especie de informalismo abstracto y expresionista.