Una mujer que ha representado y seguirá representando a Juchitán, la mujer istmeña, trabajadora de su tierra, para algunos algo cotidiano, para otros llega a ser algo mágico. Es la imagen en la vida cotidiana en nuestro mercado, una mujer que en su cabeza lleva iguanas que su esposo capturo en el campo y ahora la mujer lo convertirá en dinero, un sustento para llevar a la casa.