Cuento:
Esta fotografía, aunque tenga el parecido a una secuencia de terror no lo es, si no todo lo contrario. El hombre que vemos arrastrándose por el suelo no es que esté herido ni inválido, ¡no! nada de esto, este hombre lo que le ocurre es que vive en otro mundo, un mundo diferente del que creemos vivir nosotros y que se sumerge en una casi total oscuridad; en él, todos sus habitantes se arrastran así por el suelo como los gusanitos o cosas parecidas. Esto es debido a que ni sus mentes ni sentidos tienen el suficiente espíritu para andar y correr de pié con sus pies. Estos hombres no han visto nunca andar, ni se han molestado en averiguar para qué sirven sus piernas, pero… diría mal el que todos no se han molestado, siempre hay excepciones y esta vez no podía dejar de suceder.
La fotografía sugiere a un hombre solitario e incluso maldito por los demás. Él está violando su antigua ley de no traspasar los límites marcados por sus antepasados en el que limitaron, en la medida de lo posible, su lugar de convivencia por el temor de lo desconocido. El hombre que vemos, en solitario, movido por un tremendo afán de búsqueda y sin hacer ningún caso a los reproches y amenazas de los demás, se ha ido acercando poco a poco hacia esa luz cegadora y que tanto le intriga, acostumbrándose cada vez más a ella e intentando averiguar un… ¿Por qué?.
Toda su vida la está dedicando por completo en averiguar sus dudas y esta fotografía es el reflejo del punto actual en que él se encuentra. Un momento y un lugar que hará cambiar por completo su vida, en donde… ¿dejará esta vida y se reintegrará en otra muy superior? Bien, en su intento pronto llegará a alcanzar la ventana que tiene en frente y al traspasarla, al ir al otro lado, no sólo logrará andar y correr con sus piernas, sino mucho más de lo que él, tú ni nadie se haya podido imaginar.