Pons-Tello - 2008-03-25 00:00:00
En el paisaje matérico, entre grises plomizos y azulados, se eleva la torre con cimientos de fuego. Inquietante escena, potente cuadro.
La mirada queda atrapada en esta visión de la realidad anímica del autor. Estado del alma, testimonio plasmado de unas sensaciones tan efímeras como irrepetibles.
Captar lo exterior a través de los ojos del interior. Rara cualidad sólo al alcance de unos pocos.